Una especialidad única de BESISTA® son las roscas de barra galvanizadas al fuego para lograr una construcción duradera.
Las roscas son la parte más sensible de un sistema de barras de tensión. BESISTA® es consciente de esta responsabilidad y garantiza una excelente elaboración de acuerdo con las características respaldadas por la investigación. Como la mayoría de las barras de tensión son galvanizadas al fuego, conviene conocer los datos más importantes.
Nuestras barras de tensión de S540N, un acero de construcción de grano fino S460N muy especial de alta calidad modificado por BESISTA®, tienen un punto de fluencia garantizado de al menos 540 N/mm² y una resistencia de tensión de al menos 720 N/mm². Estos valores están próximos a la clase de resistencia 8.8. Con el fin de evitar la fragilidad por hidrógeno durante el proceso de galvanización al fuego, BESISTA® corta todas las roscas con herramientas especiales en lugar de laminarlas o filetearlas por rodadura.
Aunque es más barato, no podemos responsabilizarnos del laminado en frío de las roscas porque la estructura puede endurecerse tanto que, especialmente en el en el fondo de la rosca, donde hay riesgo de grietas, resulta imposible descartar la fragilidad por hidrógeno. A diferencia de las piezas pequeñas como los tornillos, no es posible someter las barras largas a un tratamiento especial después del decapado de manera fiable.
Por eso en BESISTA® todas las roscas que se galvanizan se cortan antes de la galvanización a un tamaño reducido por el grosor de la película galvanizada. Después de la galvanización, las roscas llenas de cinc se vuelven a roscar mediante calibre al tamaño estándar. Es la única forma de asegurar que el indispensable recubrimiento de zinc permanezca en las roscas de la barra, lo que protege las roscas interiores de la corrosión ocasionada por el efecto catódico. Este recubrimiento de zinc no puede sustituirse por encapsulado o sellado de roscas con superficies cepilladas o pulverizadas. Además, está la cuestión de la fiabilidad en caso de que las roscas encapsuladas o selladas tengan que desplazarse necesariamente durante el montaje o para recubrirlas, o si se exponen a altas variaciones de temperatura en exteriores. En el caso de las roscas galvanizadas esto no constituye ningún problema.
Volver a roscar es una operación larga que solo puede realizarse manualmente. Se requiere una gran habilidad artesanal para encontrar el camino en los filetes de rosca llenos de zinc. Incluso con el máximo esmero, es posible que la capa de cinc se suelte mínimamente de forma aislada al volver a roscar, sin que esto afecte esencialmente a la protección contra la corrosión.
Por razones de calidad, nos negamos categóricamente a suministrar roscas de bajo precio fabricadas por el proceso más barato de calentamiento y cepillado del zinc sobrante en las roscas o de pulverización de pintura de zinc sobre las roscas sin galvanizar cortadas después de la galvanización de las barras redondas. Esto puede reducir considerablemente la protección contra la corrosión por una parte, porque no hay recubrimiento de zinc en este caso, y por otra parte hay un riesgo de que se produzcan tensiones por el calentamiento y se „quemen“ las roscas, pudiendo aumentar incluso la fragilidad de roscas laminadas especialmente.
Si se licita „galvanizado al fuego“, el propietario tiene derecho a una galvanización al fuego completa, con las roscas de barra galvanizadas al fuego. Por el éxito de nuestro concepto integral de galvanización de nuestros sistemas de barras de acuerdo con las reglas técnicas, fuimos galardonados en 1991 y en 1995 con el „Premio alemán de galvanización“. Más detalles en el apartado del MENÚ „Historia“.
Para mayor seguridad en lo que se refiere a la capacidad de carga de las roscas, y también en cuanto a la durabilidad, las roscas internas de los anclajes de barra BESISTA® son aproximadamente un 40% más largas de lo necesario. Los millones de roscas que se utilizan satisfactoriamente desde 1987 confirman también nuestra filosofía de calidad.



